domingo, 20 de xuño de 2010

Indielisboa 2010: Documentos lusos

Por su fecha de celebración, siempre entre abril y mayo, el Indielisboa es el último gran certamen europeo antes de que llegue Cannes para abrir una nueva temporada cinematográfica. El significativo aumento del número de autores portugueses en la edición de este año prueba la consolidación del Indie como herramienta con la cual calibrar el estado de salud de la creación audiovisual del país vecino, tan buena por su calidad como frágil en términos industriales y de mercado. Coordinada por Ana Isabel Strindberg, la sección Lisbon Screenings es un evento paralelo orientado a programadores y periodistas extranjeros en el que se presentó una cuidada selección de largometrajes, cortos y también fragmentos de obras aún en producción, como el nuevo documental de Susana de Sousa Dias, Luz escura, que vuelve a explorar la larga noche de piedra de la dictadura con el mismo rigor ya demostrado en 48; o Gente unida de José Filipe Costa, que parte de un documental de Thomas Harlan para recordar la ocupación en 1975 por parte de un grupo de trabajadores agrícolas de la finca Torre Bela y la posterior constitución de una cooperativa con voluntad de autogestión.

La memoria es también el eje de Fantasia lusitana, film de apertura del Indie 2010, un excelente documental construido únicamente con material de archivo en el que João Canijo confronta el testimonio literario de refugiados célebres que pasaron por Portugal durante la Segunda Guerra Mundial huyendo del nazismo con la imagen irreal de “oasis de paz” que el salazarismo pretendió inocular entre los ciudadanos. En la más que notable Sem companhia João Trabulo intenta con los presos de una cárcel del norte del país algo parecido a lo que Pedro Costa hizo en Fontaínhas, para elaborar un brillante ejercicio de representación que nace de la observación prolongada y cercana de la vida en prisión. Muy interesante es Guerra civil de Pedro Caldas, retrato de familia fracturada con protagonista adolescente que pierde fuerza en sus minutos finales por culpa de un desenlace menos abierto de lo que sería deseable. Lo mejor, Voodoo, corto de Sandro Aguilar que nos proporcionó las escenas más elegantes y hermosas vistas este año en Lisboa.

Artigo publicado no número de xuño de 2010 da revista Cahiers du Cinema España

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